Las enseñanzas pueden llegar de muchas formas. A veces es un poco de cansancio, que te hace entender cómo te podrías haber organizado mejor. A veces es algo que resultó genial, y aprendés que hay que repetirlo. Y, otras veces, la enseñanza viene del error.
Aunque no sea la mejor manera, te enseña.
Una de las cosas positivas de esta tesis, es que nos dió un segundo round siempre. Un par de veces nos fue bien en los dos. Pero, casi siempre, aprendimos en el primero, para hacerlo bien en el segundo. Eso pasó con el Brief.
Un 22 de marzo, habiéndonos conocido hace apenas unos días, nos enfrentamos al primer brief de la tesis y, en muchos de nuestros casos, de la vida. Creo que entendimos desde el “vamos” que era una instancia importante, que había que prepararla, pero no dimensionamos cuán fundamental era.
Capaz fueron los nervios de enfrentarse por primera vez a un cliente de verdad, o el empeño por que todo salga bien, que sembró muchos nervios en nuestro grupo. No sabemos aún qué fue. Pero sí sabemos que no fue un total éxito pero por suerte, para el segundo round, entendimos bien por qué.
Llegado junio, ya teníamos claro que no era cuestión de esperar que nos inspiren, que nos propongan ni planteen objetivos concretos, como podrían mostrar los libros de estudio. Que el brief es una conversación, pero de esas que tienen que estar preparadas y acompañadas de preguntas. Que no vale de nada si no conocemos al cliente a fondo. Que no siempre es inspirador, que no siempre es tan claro como esperamos. Que es una instancia para repreguntar, para entender. Que a veces deja los pasos a seguir claros y que, otras, tenemos que reunirnos a reestructurar.
Hoy, con el proyecto final terminado, tenemos en claro qué es fundamental a la hora de organizar y planificar un brief. Acá van los 3 imprescindibles:
1- Prepararlo. Estar más que familiarizados con el cliente. Que las propuestas, y que toda la información -cuanto menos- nos suene. Así se logra, no solo estar cómodo de cara a lo desconocido -porque ya no lo es tanto- sino que, además, permite que durante toda la reunión las preguntas surjan y las ideas se disparen.
2- Alinear expectativas. Que tanto el cliente como el equipo y los docentes estemos parados en un mismo lugar. Dejar en claro qué esperan todos del proceso. Así, además de evitar ansiedades innecesarias, se evitan decepciones.
3- Encantar al cliente. Por más obvio que suene, y que sea, el brief es una puerta imprescindible al relacionamiento con el cliente. Ya nos lo mostraron todas las películas, pero es verdad: las primeras impresiones son importantes. Es la primera vez que nos conocen, tienen que tomarnos en serio y sobre todo, ellos entender que nosotros vamos a poder ayudarlos. El cliente para nosotros es TODO, y lo antes que lo entendemos, lo antes que podemos actuar en consecuencia.
Lu sAnsón
¿Estoy bien?
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